Sobre todo, en la segunda vuelta hemos sido un equipo muy competitivo y llevábamos el peso de los partidos. Eso era, un poquito, lo que buscábamos.
Hemos conseguido aprender a defender que era lo que peor llevaba este equipo.
Es un grupo bonito, donde se puede trabajar. Hay chicos que tienen muchas ganas y eso es importante: que tengan hambre por aprender.
Que algunos chicos hayan jugado en el Caspe es para mí anecdótico, pero es bonito, sobre todo para ellos, que se den cuenta que con trabajo, haciendo caso y aprendiendo (porque realmente aquí todos estamos aprendiendo día a día) puedes conseguir logros tan bonitos como jugar en el equipo de tu pueblo.